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Esta es la cuarta parte.
Si, lo dice el título, pero lo repito porque creo que es mejor que leas las otras para entenderlo mejor.
Igual que puedes ver “Spiderman: No way home” sin ver las anteriores y disfrutarla, la verdad es que la gozarás más si ves antes las otras.
Pues con esto lo mismo. Aquí tienes la parte 1, y luego puedes saltar a las otras.
¿Y qué veremos ahora? La etapa 3 del Modelo Tuckman: Norming.
Antes de ello, me gustaría hacer un pequeño comentario.
Todo lo que estamos viendo está centrado en un proyecto y en un líder de equipo.
El equipo de 6 personas tiene algo de peso, pero la chicha va con lo que debería o no debería hacer Bernardo, el líder del equipo, y en los marrones/riesgos que se puede encontrar y debe enfrentar.
¿Es que solo cuenta lo que haga o no haga Bernardo para que el proyecto salga adelante?
Claro que no, pero esto va de “liderando un equipo”, no de “formando parte de un equipo”.
Si fuese de lo segundo, veríamos que no toda la responsabilidad recae en el líder del equipo.
Todas las personas tienen sus responsabilidades, y te puedes escaquear si quieres, pero siguen estando ahí.
Dicho esto, vamos al meollo del asunto.
La situación de tu equipo
A modo resumen, la situación es la siguiente:
Trabajas en Renfe, y te has unido a un equipo recién creado que tiene un objetivo: “trabajar en mejorar el funcionamiento de la empresa, porque es nefasto”.
El equipo lo formáis: Rodrigo, Ester, Néstor, Fernanda, Ernesto y tú.
Lo lidera Bernardo.
Lleváis ya unos meses trabajando juntos, ya os conocéis un poco más, y habéis tenido vuestros conflictos. Todo normal.
Si Bernardo ha hecho su trabajo, como hemos visto en las partes 1, 2 y 3, el equipo:
- Más o menos se ha hablado de todo lo que no se habla normalmente.
- Todas las personas saben un mínimo de sus compañeras y compañeros.
- Los conflictos se han resuelto más o menos bien.
- No ha decaído la motivación.
- Tenéis claro vuestros objetivos como equipo.
Todo va más o menos bien, pero no muy bien.
¿Por qué?
Por la incertidumbre.
Norming: Se ponen las reglas
No sé si serás muy fan de poner reglas o no.
Yo, no.
Pero tus gustos o los míos tampoco importan mucho.
Lo que importa es lo que necesita el equipo, un grupo de personas que tienen sus objetivos como una unidad y que tienen que trabajar de la forma más eficiente posible.
Aunque todos los integrantes del equipo sepan gestionar bien los conflictos, respeten las opiniones del resto, y miren por el bien del equipo, no es eficiente que, cada vez que sucede algo, todo se tenga que debatir y la empatía y nuestro buen humor sean la clave de cómo va a acabar aquello.
Para esto sirven las reglas del juego (o normas) dentro del equipo, para tener que pensar menos en los problemas y los malentendidos, y así poder centrarse en lo importante.
Te dejo el resumen que hace ChatGPT, que no está mal.
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Ahora piensa, ¿Quién debe poner las reglas en el equipo?
¿Bernardo?
¿Los que tengan más experiencia dentro del equipo?
¿La Dirección de la empresa?
¿Todo el equipo?
¿El Departamento de calidad?
¿El Departamento de capital humano?
¿El CEO?
¿Tú?
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La pregunta tiene trampa, y no es tan sencilla de responder.
Por lo menos si lo quieres hacer bien.
Si aceptas hacerlo mal, cualquiera de las respuestas es correcta.
Para explicarlo, vamos a dar un pequeño rodeo.
Partiremos de la siguiente frase de Peter Druker, que así parezco culto:
La cultura se come a la estrategia como desayuno.
Peter Drucker
El CEO y la Dirección de la empresa tienen ya definidas una estrategia a seguir, y una táctica que responda a la estrategia.
De la táctica, salen los planes de acción y las pautas que tienen como objetivo ir en la línea de la estrategia que hay marcada.
Los departamentos varios tendrán que adaptarse y cumplir con el plan de acción y esas cosas.
Los líderes de proyecto, de una forma u otra, sabrán qué se puede hacer, qué no, y cómo quiere la empresa que trabajen los equipos.
Y como punta de lanza, llegamos a los equipos, los cuales con los ejecutores finales, los que hacen la acción que lleva realmente a cumplir con la estrategia.
O no.
Si la cultura del equipo es totalmente distinta a la que se piensan el CEO y la Dirección, ya puedes hacer las estrategias que quieras, que no van a funcionar.
¿Y todo esto, qué tiene que ver con las reglas?
Aparentemente, nada, ¿Verdad?
Te hago dos preguntas y te doy mi respuesta:
Pregunta 1: ¿Qué sucede si el equipo define sus normas, con el objetivo de llegar a ser más eficientes, sin tener en cuenta la estrategia de la empresa?
Mi respuesta 1: A ojos del equipo, serán muy eficientes, pero a ojos de la empresa, no lo serán, porque no reman en la dirección de la estrategia de la empresa.
Pregunta 2: ¿Qué sucede si alguien con algún tipo de autoridad, siguiendo la guía estratégica o no, define las normas?
Mi respuesta 2: La cultura (el equipo) se come a la estrategia (la del que ha puesto las normas) como desayuno. Vaya, que no se cumplen.
Volviendo a la pregunta antes del rodeo: “¿Quién debe poner las reglas en el equipo?”
Si lo quieres hacer bien (o intentarlo):
El equipo, que es quien tiene que cumplirlas, definirá las reglas, pero Bernardo tiene que asegurarse de que estén alineadas con la estrategia, o por lo menos, que no vayan en direcciones totalmente opuestas.
Ojo, Bernardo no es el árbitro, es el mediador.
Él no dice simplemente si una norma está bien o mal, y cómo debería ser. Esto sería lo mismo que ponerlas él. Realmente su papel es el de hacer propuestas y dar la información necesaria respecto a la estrategia de la empresa para que el equipo lo entienda y, todos juntos, vean cómo encajar todas las piezas.
Bueno… Cuanta cosa, ¿no?
¿Y todo esto solo para las malditas reglas del juego?
No.
Quiero decir, solamente esto, no.
Le tienes que sumar lo que hemos visto en las partes 1, 2 y 3.
La suma de todo esto, a mi parecer, es la clave para poner las reglas del juego lo más bien posible y llegar a lo importante…
LA EFICIENCIA
Pero de eso hablaremos en próximos artículos.
Para terminar, te dejo algunas cagadas típicas poniendo reglas:
- Pensar que todos tienen que estar contentos, individualmente, con las reglas que se pongan.
- Poner reglas difíciles de cumplir.
- No tener un plan B pactado en caso de no cumplir alguna.
- Ser demasiado ambiguo. Esto es lo mismo que no tener reglas.
- Escuchar solo a los que tienen mucha experiencia dentro del equipo. Cada equipo es un mundo, que hablan todos, leches.
- Ver las reglas como algo para culpar. Las reglas son el referente, la perfección. Aspiramos a ella, no nos mantenemos por siempre.
- Pensar que esas reglas no se pueden cambiar a lo largo del proyecto. Todo cambia, acéptalo.
Venga, lo dejamos aquí, suficiente información por hoy 🙂
¡Nos vemos!
Pd. Hablando de normas, aquí tienes las que regulan mi lista, para que lo sepas antes de apuntarte