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La primera persona de la que aprendí una forma eficiente y sana de liderar fue de una encargada de supermercado. La llamaremos Anacleta.
Anacleta tiene 8 personas a su cargo, y trabaja en uno de los supermercados con más movimiento de productos de Barcelona.
Aunque llevo escuchando sobre su liderazgo desde que yo tenía 16 años, fui consciente de lo interesante de su método a partir de los 25.
—¿Por qué tan tarde?— me imagino que preguntas.
Bueno, hasta que no te toca hacer algo a ti no te fijas en otros, no tiene mucho más.
Espero que coincidas conmigo en que es uno de esos temas por los que todos deberíamos interesarnos. Como la economía y la política.
Pero sigamos con o de liderazgo.
Tarde o temprano te tocará liderar personas, ya sea la comunidad de vecinos, un equipo de futbol, la despedida de soltera de tu mejor amiga, o las vacaciones en esa isla a la que vas con tus amigos y amigas. Y más temprano que tarde, te van a liderar a ti.
Solo por eso te vale la pena seguir leyendo.
La forma en que lidera Anacleta se resume en las siguientes afirmaciones:
Afirmación uno. Tú también tienes que trabajar.
No necesitas que tu equipo sepa todo lo que haces, pero sí que sean conscientes de que te lo curras como el resto.
Afirmación dos. Eres una persona, no un cargo de responsabilidad.
A veces la cagas, tienes sueño, estás de mal humor, tienes la cabeza en otras cosas, o todo a la vez.
Otras veces estás feliz, tienes paciencia, quieres saber sobre los otros, y regalas sonrisas a quien te cruzas.
No tienes que parecer un robot sin sentimientos, no representas la perfección ni eres un cargo superior a otros. Simplemente, eres una persona que tiene un rol distinto, igual con más presión, pero sigue siendo un rol.
Afirmación tres. Estás ahí si lo necesitan.
La presión del día a día no es poca. Hay momentos buenos y momentos malos, pero todos en tu equipo tienen que saber que, si necesitan algo, te tienen ahí. No solo como responsable, también como persona.
¿Solo tres cosas?
Pues sí.
Podría coger estas tres, ampliarlas, mirarlas desde distintos ángulos y sacar 34 afirmaciones más, pero entonces no vas a recordar ni cómo se llama la encargada (Anacleta).
Y se puede resumir más aún. En 3 palabras:
Esfuerzo.
Transparencia.
Empatía.
Bien, esto comienza a parecerse a un libro de estos de liderazgo.
Incluso te puedo poner una frase de Albert Einstein que da pie a mirar el liderazgo desde otro ángulo:
Dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única manera.
Liderar implica influir, ¿verdad?.
El objetivo de cualquier líder es que todos en el equipo entiendan el propósito para el que existen como grupo, que se lo hagan suyo.
Pues Anacleta influye en el equipo dando ejemplo y aplicando las tres afirmaciones de antes.
Lo que pasa cuando hace eso es mágico, hasta de lagrimita.
El equipo trabaja unido, dicen las cosas que no les gusta, piden perdón, dan ánimos a quien lo necesita, se apoyan, se entienden.
Ojo, también se cagan en sus compañeros, y tienen momentos tensos, porque son personas, pero se entienden y vuelven a la normalidad, porque son un equipo.
Anacleta no se ha leído libros de Peter Druker, John Maxwell, Stephen Covey, u otros, ha aplicado la lógica y la humanidad que lleva dentro.
Como tú y como yo.
A veces las cosas no son tan difíciles de entender ni explicar.
Yo lo he aplicado y me va bien. He añadido alguna afirmación a la lista, pero eso lo dejo para otro día.
Pruébalo y me dices.
¡Nos vemos!
Pd. Como esto va de humanidad aplicada a lo profesional, dejo el enlace a un libro que no es lo que parece: Los 7 hábitos de la gente áltamente efectiva
Pd2. Digo que no es lo que parece porque cuando lo leí pensé: esto va más de cómo ser un adulto maduro, funcional y que sume en vez de restar.
Pd3. Anaclera aún no está suscrita al blog. Poco tardará… ¿Y tu? ¿Ya te has suscrito? Es gratis 🙂
Pd4. No he hablado de comunicación. Entiendo que entiendes que entender lo que entiende Anacleta implica comunicación. Sin ella, déjate de 3 afirmaciones, 20, 1 o 234.