
La serie de artículos Cómo perder el tiempo [Capítulo 1 | Capítulo 2 | Capítulo 3] parece que están gustando especialmente.
Personas que no tenían por qué hablarme me han escrito, la verdad es que recibir comentarios es la mejor parte de escribir públicamente.
¿Por sentir que alguien me lee?

No exactamente.
Más bien, porque valen su peso en oro.
Verás, las personas cercanas a mí también opinan sobre los artículos, y me gusta saber que me leen y que tienen algo que decir.
Pero son cercanas, es decir, conozco sus vidas, sus inquietudes, sus problemas en el trabajo, … Incluso han aparecido en artículos como personajes.
Es decir, que seguramente ya hemos hablado de los temas tomando algo.
En cambio, las personas con las que no tengo mucho trato hacen comentarios que no me espero.
Por ejemplo:
- Me han contado anécdotas que he usado o usaré en artículos futuros.
- Se sienten identificadas.
- Se quejan de que he sido poco profundo, o de que no me he mojado.
Por decir algunas.
Así que nada, si quieres comentar, solo tienes que suscribirte y responder alguno de los correos que te mando 🙂.
Ahora vamos con el tema de la jerarquía.
Mi opinión sobre la jerarquía
En más de una ocasión (y de dos) he criticado la jerarquía.
El motivo es sencillo.
Con la jerarquía pasa como con muchas otras situaciones donde hay poder de por medio.
La gente con poder acostumbra a abusar de él.
Ojo, no porque sean peores personas.
Abusan de él porque pueden.
De hecho, me hace gracia eso que se dice a veces de que los que tienen (mucho) poder o dinero son unos hij*s de p…
Vamos a ver, ya lo eran de antes, lo que pasa es que ahora se les nota.

Pero bueno, volvamos al tema de jerarquía.
La jerarquía es muy útil para tener claro quién hace qué, y de qué te tienes que responsabilizarte cuando tienes una posición concreta.
En este sentido, la jerarquía en una empresa ayuda a la eficiencia, y a valorar cada posición en función de sus responsabilidades y resultados.
Esto a nivel teórico está muy bien.
El problema llega cuando la jerarquía se aplica a los seres humanos, que como hemos comentado otras veces, somos defectuosos.
En vez de ver que cada posición en la organización es un rol con unas responsabilidades, las personas lo vemos como una posición superior o inferior.
Solo tienes que pensar en cómo se dibuja la jerarquía en la empresa. Algo así:

Este enfoque de “superior o inferior” lleva a pensar que tenemos o no tenemos poder.
Y si tienes poder, y lo usas en tu beneficio, pasan cosas como que:
- ordenas a tus “subordinados” que hagan tu trabajo
- das la culpa a los del escalafón inferior
- te pavoneas como si fueses dios
- <pon aquí tu experiencia>
Por eso critico el concepto jerárquico tal y como lo conocemos, aunque me toque convivir con él.
Otra cosa que sucede con las jerarquías, tal y como las conocemos, es que es muy fácil desmotivar al personal.
Cuando la organización de una empresa se expresa en jerarquía vertical, las personas que trabajan en esa empresa ven que la única forma de crecer es hacia arriba, incluso si no es algo que desee.
Me explico.
Imagina que trabajas en una empresa tecnológica, y el trabajo va por proyectos. Tienes, por orden jerárquico, de “menos” a “más” importante en la jerarquía:
- Los programadores
- Los analistas
- Los líderes técnicos
- Los jefes de proyecto
- Los jefes de producto (los proyectos se hacen sobre un producto, así que esto es como ser jefe de los jefes de proyecto).
Entras como programador/a, y se te da bien.
Entonces quieres crecer, quieres evolucionar, y lo que te dicen es que, para hacerlo, te van a subir a analista.
Tú lo aceptas, y comienzas a hacer tareas de analista, cobrando más, y con más responsabilidad.
Te gusta tu trabajo. El tema de tratar con personas no te apasiona, así que de analista estas en tu salsa.
Entonces quieres crecer.
¿Cómo creces?
Solo hay una forma, y es hacia arriba.
Como persona con cierta ambición y necesidad de crecer, entiendes que la dinámica es la que es, y dejas de ver cómo mejorar en lo que eres bueno/a, y comienzas a ver cómo ser bueno/a en la empresa donde trabajas.
Es decir, comienzas a ver que la jerarquía es vertical, y que, o subes de categoría y llevas gente, o no vas a notar que estás creciendo.
Si subes, puede que dejes de hacer cosas que te gustan, cosas que se te dan bien, y comiences a hacer cosas para lo que hay gente mejor.
Sí, habrás crecido, pero no hacia donde quieres.
Entonces, tienes dos opciones, o buscas una empresa que funcione distinto y te valore por lo que eres bueno/a, o te adaptas como puedes.
Esto que te cuento no es solo basado en observaciones, también lo dicen personas más listas que yo.
De hecho, hay hasta una cosa que se llama “El principio de Peter”.
Este dice algo como:
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia
Laurence J. Peter
Roles vs jerarquía
Entonces, ¿qué hacemos?
Pues si me preguntas a mí, te diré que comiences por cambiar la forma de expresarte, de hablar de lo que haces y de tus relaciones.
Por ejemplo, usa la palabra Rol en vez de posición.
Decir que eres jefe de proyecto (posición) es lo mismo que haces de jefe de proyecto (rol) pero con la diferencia de que te centras en tus tareas y no en tu ser.
O puedes decir que “llevas un proyecto” en vez de decir que eres jefe de proyecto.
Dicen que las palabras son poderosas, y que las palabras modifican nuestra mentalidad. Yo me lo creo, así que por ahí va mi consejo no solicitado.
Otra cosa que ayudaría es usar una forma de organigrama distinta, como un mapa mental o algo así, donde no hay “arriba y abajo”.

Pero eso ya va a gustos.
Si la empresa comienza a aplicar esta forma de pensar, hablar y definir la organización, se abre una opción muy interesante.
Se abre la opción de valorar a las personas en función del desempeño en su rol, y no en función de su posición en la jerarquía vertical.
Cuando el rol es vital, y la persona que lo desempeña lo hace realmente bien, no es necesario que le cambies el rol, solo tienes que valorar económica y emocionalmente a esa persona, y dejar que siga aportando todo lo que aporta, y se desarrolle en lo que realmente debe hacerlo.
En el ejemplo que te he puesto antes, donde tienes desde un programador hasta un jefe de producto, puede suceder que un programador o un analista cobren más que un jefe de proyecto.
¿Esto está mal?
Seguro que tu opinión será distinta que la de tus personas cercanas 🙂 Prueba a preguntar y verás.
Tu opinión sobre mi opinión
Verás, no sé si mi opinión te parecerá obvia, de hippy comunista, o de moderno.
Tampoco es que me preocupe mucho.
A lo que quiero llegar es a que los tiempos cambian, y cada vez más personas van a ver obvia mi opinión.
¿Por que soy adivino y el p*to amo?
No creo.
Más bien porque, al hablar con gente de próximas generaciones, y personas que evolucionan, te das cuenta de que es hacia donde vamos.
Por eso no es relevante lo que opines (ni lo que opine yo), porque no va a afectar al cambio.
Como mucho lo va a retrasar, pero no frenar.
Venga, lo dejamos aquí.
¡Nos vemos!
Pd. Ojo que lo que digo también tiene impacto en uno de los grandes miedos de las empresas. La rotación de personal. Cuando más jerarquía y verticalidad, más rotación. Dale una vuelta.
Pd2. Si te encaja lo que escribo, que sepas tengo más, pero no todo lo escribo por aquí.
A veces solo cuento cosas por correo a los que están suscritos a mi lista.